Eau Thermale Avène responde a tus preguntas

Piel y cáncer

Eau Thermale Avène responde a tus preguntas

Cuando la piel está sensibilizada por los tratamientos oncológicos, cuando se vuelve más reactiva, ¿cuál es la mejor manera de cuidarla a diario? ¿Cómo puedo cuidarla? ¿Cuál es la rutina de cuidado de la piel adecuada para adoptar? Piel seca, irritación cutánea o daños en la piel: ¿cómo reducir y aliviar los efectos secundarios de los cuidados contra el cáncer en la piel?
Consejos de la Dra. Ariadna Ortiz-Brugués, dermatóloga y directora médica de la marca Eau Thermale Avène, y de Joëlle Nonni, responsable de los talleres de educación sobre la salud de la piel del Centro de Hidroterapia de Avène.

Sus preguntas

Piel y cáncer

El tratamiento sensibiliza la piel. Suele provocar una simple sequedad cutánea: la piel se vuelve áspera al tacto, con escamas que se desprenden como la caspa. Cuando esta “xerosis” es más marcada, la piel de las piernas adquiere un aspecto agrietado, y los dedos y los talones se agrietan o se cuartean. Estos síntomas también pueden ir acompañados de malestar, picor y tirantez.

Opta por productos para pieles secas que sean capaces de restaurar la función de barrera de la piel. Lo ideal es aplicar un emoliente al menos una o dos veces al día en el rostro y el cuerpo. En el rostro, extender el cuidado con las yemas de los dedos, alisando desde el centro del rostro hacia los bordes del mismo. Aplicar sobre el cuerpo con un ligero masaje utilizando toda la superficie de la mano. Un emoliente funciona mejor si se aplica en una capa fina sobre la piel ligeramente húmeda. Aplícalo al salir de la ducha o del baño, por ejemplo.

Opta por barras dermatológicas sin jabón o por aceites o geles limpiadores adaptados que nutren la piel y respetan tu pH. No utilices toallitas, esponjas ni estropajos de ducha, que pueden irritar la piel sensible. Para secarte, evita frotar, es mejor dar pequeños toques.

El agua demasiado caliente aumenta la sequedad de la piel y reactiva las irritaciones. En cambio, dúchate todos los días durante cinco minutos a una temperatura de entre 32 y 34 °C.

Esto incluye síntomas que van desde el simple enrojecimiento hasta las quemaduras graves con ulceraciones, que pueden producirse en la piel irradiada. En efecto, la radioterapia combinada con ciertas quimioterapias hace que la piel sea muy frágil y sensible a los traumatismos, incluso varios meses y años después de terminar el tratamiento. Por lo tanto, la piel irradiada requiere una vigilancia continua.

No apliques ninguna sustancia grasa en las cuatro horas anteriores a la sesión. Sin embargo, un estudio ha demostrado que la aplicación de un emoliente dos veces al día en la zona afectada permitiría tolerar mejor los efectos secundarios de este cuidado*. Así que hidrata tu piel con cuidado después de la radiación y cada dos días.

El síndrome mano-pie se manifiesta por la aparición de enrojecimiento, engrosamiento, grietas, fisuras y dolor, a veces intensos, en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Por ello, es importante hidratar las plantas de los pies y las palmas de las manos al principio del tratamiento, ya que estas extremidades son muy sensibles. Evita los paseos largos y usa calcetines de algodón. Ponte guantes de algodón para las actividades cotidianas, y guantes adecuados para las tareas domésticas, la jardinería y el bricolaje. Lo mejor es llevar las uñas cortas, pero no demasiado, y no hacerte la manicura ni llevar uñas postizas. Consulta a un podólogo si es necesario.

Algunas terapias pueden causar manchas y enrojecimiento, especialmente en las primeras semanas. Estas lesiones suelen localizarse en el rostro, el cuero cabelludo, la parte media de la espalda y el pecho. Pueden producirte picores, acompañados de sensaciones dolorosas de ardor o pueden infectarse. Para evitar el riesgo de cicatrización, evita frotar o ensuciar las lesiones de cualquier otra manera. En cuanto aparezcan las primeras manchas y signos de enrojecimiento, se debe limitar el riesgo de proliferación bacteriana utilizando una crema o loción secante a base de cobre y zinc.

El maquillaje terapéutico puede dar a la piel un “brillo saludable” y luminosidad. También puede utilizarse para ocultar rojeces, cicatrices, ojeras o para redelinear las cejas. El Centro de Hidroterapia de Avène también organiza talleres de maquillaje que ofrecen muchos consejos. Asociaciones como Tout le Monde Contre le Cancer, también ofrecen cuidados como parte de su iniciativa Échappée Rose.

La protección diaria, independientemente de la actividad prevista, es esencial. Evita exponer tu piel lo máximo posible, incluso a la luz solar moderada, ya que algunos cuidados aumentan la fotosensibilidad cutánea. Esto aumenta el riesgo de quemaduras de sol o incluso de quemaduras, e incluso una breve exposición puede crear manchas oscuras duraderas. Lleva siempre ropa protectora, un sombrero y gafas de sol. Utiliza una crema con un FPS UV alto (50+), formulada para minimizar el riesgo de reacciones alérgicas, sin perfume, resistente al agua y a la transpiración, y vuelve a aplicarla cada dos horas.

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